Según medios israelíes, al menos una mujer falleció y más de 60 personas resultaron heridas como consecuencia del bombardeo iraní, que logró superar parcialmente el sistema de defensa conocido como “Cúpula de Hierro”.
Desde Teherán, el líder supremo Alí Jameneí advirtió que Israel “experimentará un destino amargo y doloroso”, mientras que el gobierno israelí declaró el estado de emergencia, movilizó tropas y cerró embajadas en varios países.
La ONU y gobiernos como Francia, Alemania, Rusia y Estados Unidos expresaron profunda preocupación por la escalada bélica y pidieron el inmediato cese de hostilidades para evitar una guerra regional de mayor alcance.
La comunidad internacional observa con alarma el deterioro de la situación, que pone en jaque no solo la estabilidad del Medio Oriente, sino también los esfuerzos diplomáticos por controlar el programa nuclear iraní.